Leona Vicario.

Si la esposa de Mariano Abasolo representa el terror hacia la lucha armada, Leona Vicario es justamente su opuesto. Compañera incondicional de su esposo, el Yucateco Andrés Quintana Roo, Leona nació en la Ciudad de México en 1787.

Quedó a cargo de su tío Agustín al morir sus padres de quienes heredó una importante fortuna.

En el bufete de su tío conoció al pasante de Derecho Andres Quintana Roo, quien sería a la postre su esposo. Por su origen Español y conociendo las ideas Independentistas de Quintana Roo, su tío le niega a Andrés la mano de su sobrina, por lo cual Quintana Roo abandona el Bufete y se encamina hacia Tlapujahua (Michoacán)lugar desde donde los hermanos López Rayón tenían su 'cuartel de operaciones'.

Desde Tlalpujahua, Quintana Roo se comunicaba con Leona a la Ciudad de México, permitiéndoles a los Insurgentes recibir información de los movimientos del Ejército Realista y prevenirse de ellos. Durante varios meses Leona envió recursos a los Insurgentes, utilizando para ello sus propios recursos económicos.

Leona cargaba consigo, clandestinamente, una imprenta que le servía para divulgar las ideas Independentistas. 

Con la sospecha de sus actividades subversivas contra el régimen Colonial, Leona es arrestada por el Gobierno Virreinal y es enclaustrada en el Colegio y Convento de Belén de las Mochas (1813), donde es sometida a proceso e interrogatorios permanentes.

El 23 de Abril de 1813 es rescatada por tres soldados, huyendo de la Ciudad de México hacia Oaxaca, para reunirse con Morelos. Allá se encuentra con Andrés con quien se casa en Diciembre.

El Gobierno Virreinal la declaró prófuga y le confiscó sus bienes (Leona tenía una buena posición económica)

Siendo Andrés parte del Congreso Constituyente promovido por Morelos en Chilpancingo y huyendo permanentemente de las persecuciones Realistas, nace su hija Genoveva en la Sierra de Tlatlaya (hoy Guerrero) en 1817.

Capturadas ella y su hija al año siguiente, Leona se acogió al indulto que la llevaría junto con Andrés a España, sin embargo debido a las complicaciones que enfrentaba el Gobierno Virreinal para trasladarlos de la Ciudad de México hacia Veracruz, fueron encarcelados en Toluca (1818) de donde salieron en 1821 al consumarse la Independencia. 

Para entonces, el Gobierno de Iturbide le reconoció sus méritos y le restituyó casi todos sus bienes, que sirvieron para sufragar parte de la lucha armada. Se dedicó desde entonces junto con su esposo a la vida privada y murió en la Ciudad de México en 1842. Una placa en la actual esquina que forman Chile y Colombia recuerda la casa en donde falleció.

Su nombre aparece con letras de oro en la Cámara de Diputados desde 1948.