NICOLÁS BRAVO.

La mayoría de la gente concibe a la historia como una serie de datos que hay que memorizar.

Esa es, lamentablemente, la 'técnica' que utilizan los maestros de Historia en las escuelas y que aleja el interés de las personas por ella.

La materia es concebida como un trabalenguas donde hay que repetir incesantemente solo nombres y fechas.

Los personajes históricos son identificados, como en las telenovelas, como los 'buenos' y los 'malos'.

Si se pudiese enseñar la Historia de otra forma, como un proceso, tendríamos Mexicanos mucho más identificados con su nación, capaces de entender nuestras debilidades y fortalezas y, sin duda, más orgullosos de su país.

Todos los personajes históricos son finalmente humanos y tienen sus perfiles positivos y negativos.

Un personaje cuyo perfil se inclina totalmente hacia el lado positivo es Nicolás Bravo (1786-1854).

Durante sus 68 años de vida, actuó en muy diversos y trascendentes capítulos de nuestra historia.

De ascendencia española pero nacido en América (Chilpancingo) rechazó el llamado de las autoridades coloniales para apagar los primeros focos insurgentes a partir de 1810.

Por el contrario, junto con Hermenegildo Galeana inició la lucha por la independencia en los actuales estados de Morelos y Guerrero.

Precisamente las familias Bravo y Galeana fueron elementos clave para que posteriormente José María Morelos alcanzara el éxito militar que tuvo entre 1811 y 1815.

Nicolás Bravo luchó día a día durante los 11 años que duró la guerra de independencia, excepto en el periodo 1816-1820; durante 50 meses se le mantuvo con grilletes y no se le fusiló en atención a su valeroso desempeño militar y acciones de franca humanidad.

Hacia mediados de 1812, Bravo había sido enviado por Morelos a Veracruz donde derrota al ejército realista en San Agustín del Palmar. Su padre, Leonardo Bravo, había sido capturado y condenado a muerte (garrote vil) hacía tres meses.

El Virrey Venegas le envía a Nicolás una carta ofreciéndole el indulto de su padre a cambio de desertar de las filas insurgentes, lo cual rechaza.

Al conocer el rechazo de Nicolás, Morelos le escribe al Virrey desde Oaxaca y le ofrece la devolución de 800 prisioneros realistas a cambio de la vida de Don Leonardo; el Virrey no lo acepta.

Leonardo Bravo es ejecutado el 13 de Septiembre de 1812; desde Oaxaca Morelos le ordena a Nicolás ejecutar a los 300 prisioneros españoles que tiene en su poder.

En la extensa carta que Bravo le escribe a Morelos, podemos leer este extracto:

"...después de haber puesto en capilla a los 300 prisioneros y de habérseles prestado los auxilios espirituales, resolví a perdonarlos de una manera que se hiciera pública y surtiera todos los efectos en favor de la causa de la independencia; así, ordené a las 8 de la mañana que formasen a todos los prisioneros con los preparativos necesarios para la ejecución y les expresé que yo, no queriendo corresponder a la terrible ejecución de mi padre, había dispuesto no solo perdonarles la vida sino darles su entera libertad para que marchasen a donde les conviniera.

A esto respondieron llenos de gozo que nadie se quería ir, que todos quedaban al servicio de mi división a expepción de 5 comerciantes de Veracruz a quienes se les expidieron pasaportes para esa ciudad. Entre ellos un señor Madariaga quien en unión de sus compañeros me manifestó su reconocimiento con la remesa de paños suficientes para el vestuario de un batallón...".

Para 1820, Bravo es liberado al proclamarse el Plan de Iguala por Iturbide, pero al declararse éste Emperador, Bravo se une a Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero para expulsarlo.

Funge luego como VicePresidente (1824-28), Comandante del Ejército del Norte (1836), Presidente Interino (1839), Diputado (1841) y Presidente de la República en 1842 y 1846 (al inicio de la invasión estadunidense).

Durante esta guerra, Bravo ya de 61 años, es Comandante de la defensa de Puebla y el Valle de México y es capturado por los estadunidenses en la Batalla de Chapultepec (misma acción de la defensa de los Niños Héroes); casualmente un 13 de Septiembre, 35 aniversario de la ejecución de su padre.

Tras el retiro de las tropas estadunidenses del territorio nacional y debido a su edad, decide retirarse a su hacienda de Chilpancingo donde muere en 1854.

Su muerte es un misterio ya que su esposa murió el mismo día, levantándose la sospecha de que habían sido envenenados.

Este personaje que tantos servicios prestó a la nación Mexicana es, como miles más, uno de los personajes olvidados de nuestra historia.

Al celebrarse en 1910 el centenario de la Independencia, el General Porfirio Díaz ordena erigir un monumento a la Independencia, el famoso Ángel en el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México.

Uno de los personajes de la Independencia cuyos restos son depositados en este monumento, es Nicolás Bravo.

Una de las cuatro estatuas que se yerguen a los pies de la columna es la del General Nicolás Bravo, luchador incansable de la independencia nacional, promotor de la República y defensor de su integridad territorial.