LA FLOTA DE INDIAS

 

 

La época que envolvió a la conquista del Imperio Azteca por parte de España, fue una en donde los descubrimientos marítimos llevaron a las naciones europeas a dominar una parte del mundo.

Años antes de que Colón descubriera lo que se llamó después América, los Portugueses y Españoles, principalmente, salieron a la mar a descubrir nuevas rutas y territorios.+

 

 

 

Así, con el Continente Americano a sus pies, España requería de las rutas marítimas descubiertas para enviar sus productos y retirar los metales Americanos (oro y plata) que le permitirían afianzarse como una potencial económica mundial.

Estas travesías se convirtieron en el bastión económico que le permitió a España lograr un cierto desarrollo económico.

Muchísimas de las construcciones que hoy admiran millones de turistas cada año, fueron construidas con los recursos que las colonias Americanas estaban obligadas a enviar a Madrid.

En esta ocasión trataremos solamente de las comunicaciones entre los puertos Americanos del Atlántico con España, pues en el Pacífico existieron otras como el Galeón de Manila y los descubrimientos del Pacífico norte que llevaron a Mexicanos y Españoles a descubrir desde Baja California hasta Alaska (ambos temas ya fueron expuestos anteriormente).

De las colonias Americanas de España, la más rica, la más cercana a ella, era indudablemente la Nueva España.

España creía que atesorar la mayor cantidad de recursos económicos (oro y plata) la llevaría a ser la nación más rica del mundo; esto fue un error que llevó a España a retrasarse respecto de otras naciones Europeas que años más adelante, apoyadas en la revolución industrial, apuntalaron su desarrollo en forma permanente.

Así, durante 217 años (de 1561 a 1778) la flota Española surcó el Atlántico para llevar -entre otros muchos productos- la plata y el oro de Zacatecas, Guanajuato y Chihuahua (entre muchas otras poblaciones) a España.

España aplicó diversas prohibiciones a sus colonias para evitar que en ellas se produjeran los productos que en la península Ibérica se producían, provocando con ello su limitado desarrollo.

Debido a esas limitantes, las colonias Americanas requerían de muchos productos por parte de España, quien, al verse imposibilitada para producírselos, acudió a sus vecinos (Francia, Holanda, Bélgica e Inglaterra principalmente) para cubrir esa demanda insatisfecha.

Así, ante su imposibilidad de producir lo que sus colonias requerían, España se convirtió en un intermediario entre sus colonias y los productores Europeos.

España, paradójicamente, ayudó al desarrollo de sus vecinos Europeos.

De estos recursos se mantuvo por siglos la anacrónica Monarquía Española.

Pero ¿ por qué la flota comercial Española terminó sus operaciones en 1778 ?

Porque la revolución industrial Europea mató a los pocos productos Españoles que quedaban para comerciar con América y porque las colonias Americanas empezaron a desatender las prohibiciones establecidas por Madrid.

Como uno de muchos ejemplos tenemos la producción vitivinícola que los Mexicanos comenzaron a desarrollar en la Alta California. 

 

La forma en que la comunicación marítima entre Veracruz y Cádiz (España) debería de realizarse, fue muy pronto aprendida. Cuando Cortés envió los primeros tesoros Aztecas a España, lo hizo en 3 buques que salieron de Veracruz hacia Cádiz (España) en fechas distintas. De los 3 buques, 2 fueron interceptados por Giovanni Florin un corsario originario de lo que hoy es Italia y que estaba al servicio de Francia; solo uno pudo llegar a su destino. Esta experiencia les señaló a los Españoles que sus barcos deberían de viajar acompañados, de manera qe pudieran defenderse de los ataques de los piratas Ingleses y Holandeses, principalmente, que los asolarían durante los siguientes 2 siglos y medio.

 

En 1543 se ordenó que los mercantes que hacían la Carrera de las Indias fueran siempre juntos, reunidos en dos flotas, que saldrían de España en Marzo y Septiembre, siempre escoltados por un buque de guerra, armado a costa de la tasa de avería. Cada una de dichas flotas tendría al menos 10 bajeles de 100 o más toneladas. Una vez en el Caribe cada mercante marcharía a su puerto respectivo, mientras que el buque de guerra se dedicaría a perseguir a los piratas, tomando La Habana como base. Al cabo de tres meses todos los mercantes se reunirían en La Habana con el buque de guerra y emprenderían el regreso a España. Sin embargo, la costumbre Española era de no hacer mayor caso a las recomendaciones gubernamentales (¿ suena familiar ?). En 1552 hubo un intento por suprimir la custodia de los buques de guerra y se ordenó que cada mercante fuese armado para poder repeler la agresión corsaria. Al mismo tiempo se crearon dos agrupaciones navales para defender el tráfico marítimo. Una tenía su base en Sevilla y defendería la zona de recalada; la otra, en Santo Domingo y atendería a la defensa del Caribe. Al año siguiente se volvió a la idea de las flotas, asignándose cuatro buques de guerra a cada una de ellas. Una vez en el Caribe uno de ellos acompañaría a los mercantes destinados a tierra firme, otro a los que iban a Santo Domingo, y los dos restantes custodiarían la flota que iba a Nueva España. Posteriormente se fueron dando retoques al sistema, principalmente en lo relativo a las naos de armada, llamadas la guarda, que tenían que acompañar a los mercantes hasta el Caribe. No se llegó sin embargo a una legislación rígida, ya que los cargamentos transportados no eran demasiado valiosos. Las cosas empezaron a cambiar desde mediados del siglo XVI, cuando los cargamentos aumentaron de valor.

En 1545 un indio descubrió casualmente la mina del Potosí y al año siguiente se halló plata en Zacatecas. Dos años más tarde (1548) en Guanajuato, luego en Cuencamé, Sombrerete y Pachuca en 1552, y muchos más. La noticia de los tesoros encontrados principalmente en la Nueva España, trascendieron las fronteras; así, la imagen del cuerno de la abundancia se esparció por todo el mundo y, con ello, el Atlántico se vió infestado por siglos de los tristemente célebres piratas.

 

Los navíos Españoles zarpaban de los puertos Americanos (Veracruz y Lima básicamente) con la plata y el oro.

Sin embargo el trasladar esas riquezas en la inmensa extensión del Atlántico conllevaba muchos riesgos como el de los fenómenos naturales y, principalmente, el de los piratas.

Para hacer más eficiente el viaje, la ruta España-América llevaba los artículos demandados por la población Americana.

Así se enviaban de Cádiz a Veracruz y los otros puertos Americanos manufacturas extranjeras y algunos productos alimenticios que estaban prohibidos producirlos en América como vino, aceite de oliva, pasas, etc. y traer de ellas los metales que mantenían a flote a España y sus posesiones ultramarinas.

 

Los dos virreinatos más importantes de América, Nueva España y Perú, concentraban las riquezas más importantes.

Así, uno Norte América y el otro en Sud América, hubo necesidad de enviar dos flotas anuales, una para cada uno de ellos. La Real Cédula de 10 de julio de 1561, complementada tres años después, estableció que se organizarían en la costa Andaluza (Sevilla, Cádiz y San Lúcar) y partirían del río de Sevilla, custodiadas por una Armada Real haciéndoles escolta y guarda.

Así fue que por primera vez en la Historia de España, la Armada se ponía al servicio de los intereses comerciales.

Esto es fácilmente explicable ya que el Rey era el propietario de la mayor parte del tesoro que se transportaba y el beneficiario, a través de los impuestos, de los artículos que se llevaban.

No en vano el comercio Americano era la parte sustancial de la llamada Real Hacienda o Hacienda del Rey.

Cada flota debería de llevar un Capitán General y un Almirante (éste de menor rango que el anterior), además de un Gobernador del tercio de Infantería.

Los mercantes tenían que ir armados en caso de un encuentro con el enemigo. Enviar custodios en los barcos mercantes tenía un costo, el cual se prorrateaba entre la mercancía transportada (algo muy actual como podemos ver ¿no?).

En época de guerra en Europa, por ejemplo, los costos eran aún mayores y en esos casos el costo aumentaba lo cual les complicaba a los comerciantes calcularlo.

A partir de 1660 la Corona Española decidió simplificar el asunto haciéndoles cargos anuales por dicho 'servicio'.

 

Para 1569 se diferenciaron totalmente las dos flotas. La que iba a Nueva España, cuyo destino era el puerto de Veracruz, zarparía de España en Abril. Empezó a llamársele Flota de la Nueva España (o simplemente 'la flota').

La destinada a tierra firme, cuyo terminal era Nombre de Dios (hoy en Panamá) tenía que partir en Agosto. A ésta se le llamó la Flota de los Galeones y, finalmente, sólo los galeones.

Esta ubicación geográfica (Nombre de Dios, hoy Panamá) servía para pasar las mercancías del Atlántico al Pacífico y de ahí enviarlas a Filipinas y Lima (Perú).

Algunas veces ambas navegaron juntas La Flota y Los Galeones, pero cada una de ellas mantenía su mando por separado.