PORFIRIO DÍAZ Y LA BATALLA DEL 2 DE ABRIL DE 1867

En el ocaso de la intervención Francesa en México (1862-1867), las fuerzas Mexicanas habían recuperado la mayor parte de las regiones que los Imperialistas y los Conservadores habían ocupado, especialmente en el centro del país.

Para Marzo de 1867, solo algunas zonas del centro estaban aún bajo el dominio de Maximiliano y los Conservadores.

El Presidente Juárez, después de su agotador y azaroso recorrido de 2,000 Km. desde la Ciudad de México hasta el lejano Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez), había iniciado el regreso hacia el sur.

Al igual que los 5 años anteriores, el esfuerzo de los Liberales Mexicanos para hacer frente a la Invasión continuó durante 1867.

Dos Batallas determinaron el fin del Imperio:

 

 

Porfirio Díaz Mori. Pieza clave en la defensa de México desde la Batalla de Puebla, organizó posteriormente la resistencia Mexicana en el sur, debilitó al Imperio y logró tomar la Ciudad de Puebla y la Ciudad de México al tiempo que Mariano Escobedo apresaba a Maximiliano en Querétaro.

 

 

 

La del 2 de Abril de 1867: Porfirio Díaz, quien había participado desde la Batalla del 5 de Mayo de 1862 en defensa de la República, coronaba en esta fecha su constante lucha contra el Imperio. Puebla se rendía a las fuerzas de Díaz quien tenía a su merced la Ciudad de México.

La del 15 de Mayo de 1867: en ella, Mariano Escobedo derrotaba en Querétaro al Ejército que comandaban Maximiliano, Miramón y Mejía.

Miramare castle

Izquierda: fotografía que muestra a la delegación de Conservadores Mexicanos ofreciéndole el trono de México en Miramar. Derecha: Castillo de Miramar.

Hay algunas notas importantes que comentar sobre estos hechos:

Maximiliano tuvo oportunidad de abandonar el país cuando vió que las fuerzas Liberales Mexicanas íban avanzando hacia el sur. Había tomado ya esa decisión y de hecho estando en camino hacia el puerto de Veracruz, en Xalapa, recibió una carta de su madre en la que lo 'obligaba' a continuar su Imperio. "Un Habsburgo nunca se rinde" le decía.

El grupo Conservador que había apoyado la llegada a México de Maximiliano, se dió cuenta más tarde que el Emperador era más bien de ideas Liberales.

La historia oficial encasilla a los Liberales como los 'buenos' y a los Conservadores como los 'malos'.

Como todo, nada es completamente malo ni totalmente bueno.

El propósito de los Conservadores al apoyar el establecimiento del Imperio de Maximiliano era el de estabilizar políticamente a México.

Mala selección. Los Conservadores ofrecieron el trono de México a Maximiliano (fotos de 1864 y 1866), quien en realidad era de ideas Liberales. Derecha: Castillo de Chapultepec, sede de la Monarquía Mexicana.

Habría que analizar lo que había sucedido en México durante los 50 años anteriores, para entender su desesperación por darle rumbo a la incipiente Nación Mexicana: el final de la guerra de Independencia (11 años), dos invasiones de Estados Unidos (3 años), la primera de Francia, amenazas de invasión de Inglaterra y España, contínuos golpes de Estado, nuevas invasiones estadounidenses para arrebatarnos estados como Sonora, Baja California y Tamaulipas, la Guerra de Reforma (3 años), Dictaduras, fragilidad de las instituciones del país, caos económico.

No debemos de ninguna manera condenar, como nos lo enseñaron en la escuela, al grupo Conservador.

Como ejemplo, podríamos mencionar a Miguel Miramón; este personaje era, para la época del Imperio, General del Ejército Conservador.

Si lo regresásemos en el tiempo 20 años (tenía entonces 15), lo veríamos participando en la Batalla de Chapultepec (1847) contra la invasión estadounidense.

Sí, el fué uno de los Niños Héroes, pero no se le identifica como uno de los 'famosos' puesto que el no murió en esa Batalla.

Durante su cautiverio tras la derrota de Maximiliano, el General Escobedo (Liberal), le ofreció escapar a lo que él se reusó.

Cuando Mejía, Maximiliano y Miramón estaban colocados en ese orden ante el pelotón de fusilamiento, Maximiliano cedió su lugar -en el centro- a Miramón.

Pintura de Manet que representa el fusilamiento de Maximiliano, Miramóm y Mejía en Querétaro (Mayo de 1867). La pintura tiene sin embargo un error; Maximiliano, reconociendo la historia militar y el patriotismo de Miramón, le cedió la posición central, quedando el Emperador a la derecha. Derecha: ataúd de Maximiliano en el Castillo de Miramar.

Este exclamó momentos antes de la descarga, que él no era un traidor y que siempre había buscado el beneficio para México.

Maximiliano, por su parte, sentía vivamente la nacionalidad Mexicana; aprendió a hablar perfectamente el Español, comía comida Mexicana y decía que por su sangre 'corría sangre Mexicana'.

Evidentemente esto no los exime de los errores y excesos que cometieron durante los años que duró el Imperio.

Tras todos estos sucesos y después de viajar más de 5,000 kilómetros por la geografía mexicana, el Presidente Juárez regresaba de Querétaro a Palacio Nacional; en Cuautitlán lo esperaban, para entregarle la Ciudad de México, el General Porfirio Díaz y el Gobernador del Distrito Federal, Juan José Baz.